Lucha contra el trabajo forzoso y la discriminación en Africa

Níger, una de las naciones más afectadas por la pobreza del mundo, es uno de los pocos países africanos que han reconocido que tienen un problema de trabajo forzoso vinculado en gran parte a la discriminación contra las personas descendientes de esclavos.

Contexto y justificación


En el Informe global del Director General de la OIT de 2005 sobre ese tema, titulado Una alianza contra el trabajo forzoso, se llega a la conclusión de que el trabajo forzoso es un problema que afecta prácticamente a todos los países del mundo, y que aún subsisten lagunas importantes en nuestro conocimiento de tales prácticas en Africa. En el Informe se indica que es necesario desplegar más actividades de sensibilización e investigación, así como actividades prácticas para lograr una mejor comprensión y abordar tanto las formas «tradicionales» como las nuevas formas de trabajo forzoso en ese continente, y determinar de qué manera pueden estar vinculadas a modalidades más generales de discriminación. Se señala también una serie de problemas conocidos y potenciales, con inclusión de las prácticas relacionadas con la esclavitud, los servicios impuestos por un grupo a otro grupo social o étnico (por ejemplo, los Batwa o pigmeos que viven en bosques) o impuestos por autoridades tradicionales, las formas de servidumbre por deudas, el secuestro incluso de niños para el servicio militar forzoso, la retención de sueldos, el servicio doméstico forzoso, la explotación sexual forzosa con fines comerciales y económicos vinculada a la trata de seres humanos interna y transfronteriza y la migración, el trabajo forzoso en prisión en condiciones inaceptables, y las horas extraordinarias forzosas y el servicio no remunerado de trabajadores del sector público y privado. En un contexto de pobreza generalizada y tradiciones profundamente enraizadas, esos problemas afectan al parecer a partes importantes de la economía informal urbana y rural, aunque prácticamente sigue sin haber documentación al respecto y, salvo raras excepciones, no han suscitado mucha atención por parte de los gobiernos, los interlocutores sociales y la comunidad internacional. La OIT estima que hay por lo menos 660.000 víctimas de trabajo forzoso en el Africa Subsahariana, de las cuales 130.000 han sido objeto de trata.

Níger, una de las naciones más afectadas por la pobreza del mundo, es uno de los pocos países africanos que han reconocido que tienen un problema de trabajo forzoso vinculado en gran parte a la discriminación contra las personas descendientes de esclavos. En varias ocasiones ha sido objeto de observaciones de la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT con arreglo al Convenio núm. 29 sobre el trabajo forzoso. Otro problema de trabajo forzoso que ha sido examinado por la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones es el relativo a los niños a quienes se obliga a mendigar (talibé), práctica vinculada a las formas tradicionales de educación religiosa. En 2003, Níger adoptó una legislación en virtud de la cual se prohíben las prácticas relacionadas con la esclavitud y se imponen importantes sanciones a quienes posean esclavos. Desde 2001, se ha estado llevando a cabo un programa de cooperación técnica de la OIT, que se inició con un estudio general, bajo los auspicios del programa PAMODEC financiado por el Gobierno francés, para investigar los obstáculos y oportunidades para la realización de los cuatro principios y derechos fundamentales en el trabajo. Este estudio, validado en un taller tripartito, proporcionó una oportunidad para entablar el debate sobre la cuestión sumamente espinosa del trabajo forzoso relacionado con la condición de esclavo, junto con otras formas de trabajo forzoso menos controvertidas. Desde entonces, ha dado lugar a una serie de importantes acontecimientos: un foro nacional de concienciación sobre el trabajo forzoso, organizado en 2001 por la OIT en colaboración con el Gobierno de Níger y la Asociación de Jefes Tradicionales de Níger; la adopción por dicha Asociación de un compromiso solemne para trabajar en pro de la erradicación del trabajo forzoso; un estudio más pormenorizado de la índole y la prevalencia del trabajo forzoso, con propuestas para poner en práctica un proyecto de plan de acción, validado en un taller de composición tripartita ampliada a finales de 2002; talleres de sensibilización con la participación de jefes tradicionales en las tres regiones del país, y una campaña de información de la comunidad a través de la radio. El Gobierno ha solicitado ahora la asistencia de la OIT/SAP-FL para formular y poner en práctica un plan de acción nacional de mayor alcance para luchar contra el trabajo forzoso, en momentos en que la cuestión de la esclavitud en Níger está suscitando una considerable atención por parte de los medios de comunicación internacionales.

La divulgación del Informe global en varias localidades de Africa ha constituido un primer paso para llamar la atención acerca de los posibles problemas en relación con el trabajo forzoso. Se requieren ahora actividades de seguimiento en el ámbito nacional y subregional para examinar con mayor profundidad esas cuestiones. Algunos gobiernos, como el de Madagascar (país en que ya se ha emprendido un estudio inicial), ya se han dirigido a la OIT para solicitar asistencia. Otros países (por ejemplo, Kenya, Swazilandia y Tailandia) expresaron su interés durante la reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2005 por llevar a cabo investigaciones y tomar medidas contra diversas formas de trabajo forzoso. En otros países, es necesario aún plantear y examinar esta cuestión a través de consultas en las que participen los interlocutores tripartitos de la OIT y las organizaciones de la sociedad civil.

Grupos destinatarios


Los grupos destinatarios directos del proyecto son los Ministerios de Trabajo y otros organismos gubernamentales pertinentes, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, y otros interlocutores de la sociedad civil. El proyecto colaborará también con otras instituciones académicas. En Níger, la Asociación de Jefes Tradicionales es un importante grupo destinatario adicional. Los beneficiarios finales del proyecto son hombres, mujeres, niños y niñas que están sometidos a trabajo forzoso, incluidos los niños talibé.