Abrirse camino en los mercados mundiales: Para la industria tradicional de la madera labrada en Indonesia, la globalización plantea nuevas dificultades

La globalización está transformando la elaboración tradicional de muebles de madera en Java central (Indonesia), una importante industria generadora de empleo y exportaciones de esta provincia. Una industria como esta, basada en una utilización intensiva de mano de obra y otros recursos, se ve sometida a una presión creciente en dos frentes: por un lado, las estrategias competitivas de otros países asiáticos como China, Malasia, Filipinas y Vietnam, que ofrecen precios más baratos y una mayor capacidad de respuesta a las necesidades de los clientes mundiales en materia de calidad, entregas y relaciones estrechas con los usuarios y, por el otro, una tasa insostenible de devastación forestal en las plantaciones de teca indonesias que, si no se detiene, socavará el suministro a la industria de este material y de caoba en los próximos cinco años. Resultado: la industria de la madera de Jepara se halla en este momento en una encrucijada.

JAVA CENTRAL, Indonesia - En un sector que se remonta a la época precolonial y que creció para atender las necesidades de muebles de madera labrada de las familias reales, los trabajadores especializados de la madera ejercen su profesión a la manera antigua, produciendo mobiliario de teca y caoba hechos a mano para su exportación a todo el mundo.

La industria de los muebles de madera con sede en Java central comprende actualmente más de 30 agrupaciones productoras, compuestas a su vez por numerosas empresas medianas, pequeñas y asentadas en el propio domicilio, y constituye el mayor generador de exportaciones de la región, ya que le corresponde en torno al 22% del valor total de estas operaciones. Representa igualmente un motor fundamental en la generación de empleo e ingresos para cientos de miles de habitantes de esta provincia.

El sector se benefició en la década de 1980 y los primeros años de la de 1990 del crecimiento de la demanda de consumo interno, debido a una mayor accesibilidad al mobiliario de calidad por parte de una clase media indonesia en expansión. El decenio de 1990 trajo un aumento de la participación en los mercados mundiales, impulsada significativamente por la depreciación de la rupia indonesia. Actualmente, Indonesia es el segundo mayor exportador de muebles de madera a mercados de la OCDE entre los países en desarrollo, después de China.

Los mejores muebles realizados en Java terminan en tiendas de moda en las que se venden artículos de teca elaborados a mano mediante métodos tradicionales. Éste es el lado positivo de la globalización: la apertura de nuevos mercados y nuevas oportunidades para una industria tradicional. Sin embargo, existe también un lado negativo. Los países vecinos se han apresurado a incorporarse a la carrera de la obtención de beneficios, propiciando una encarnizada competencia basada en la oferta de artículos más baratos objeto de una producción masiva, así como de nuevos diseños para acomodarse al gusto cambiante de los consumidores.

El aumento de la competencia ha espoleado la demanda de diseños más "occidentales", incluidos los formatos de automontaje. Los compradores extranjeros demandan asimismo una calidad más normalizada y el cumplimiento estricto de los plazos de entrega. Entre tanto, la demanda de madera ha elevado la explotación de plantaciones y bosques de madera noble hasta unos niveles insostenibles. (Sólo en el sector del mueble se emplean al menos 1,8 millones de metros cúbicos de madera al año, de los cuáles menos de la tercera parte puede ser suministrada por plantaciones de teca de propiedad estatal. El resto procede de otras fuentes, y suele obtenerse ilegalmente.)

"De aquí a tres o cuatro años vamos a ser testigos del declive de la industria del mueble en Indonesia; y de manera automática, ya que, sencillamente, no van a tener suficiente materia prima", afirma Agus Setyarso, de Worldwide Fund for Nature.

La OIT respalda la adopción de una estrategia competitiva "apostando fuerte"

La atención prestada a los segmentos del mercado con costes bajos y la creciente competencia de los fabricantes de China, Malasia, Filipinas y Vietnam se han convertido en un importante motivo de preocupación para los productores de Java. Para sobrevivir en un nuevo mercado mundial, las pequeñas empresas de muebles de Java Central deben someterse a una reestructuración a fin de cumplir las expectativas de los clientes europeos y norteamericanos, mejorando las relaciones con el mercado internacional, elevando la calidad de los productos y actualizando las comunicaciones y las técnicas de comercialización, sin olvidar el descenso de la disponibilidad de materiales.

En este sentido, las oportunidades y los retos de la globalización han colocado a los fabricantes de muebles en una encrucijada que afectará a todas las partes, desde los trabajadores del sector, a las empresas y los exportadores.

Hubert Schmitz, profesor de la Universidad de Sussex en el Reino Unido, señala que hay dos maneras de resolver el dilema: "Pueden competir tomando el camino más sencillo, lo que significaría pagar a sus empleados lo menos posible, incumpliendo las normas del trabajo y medioambientales, evadiendo impuestos y otras medidas por el estilo. O bien pueden optar por "apostar fuerte", eligiendo la vía de la modernización y la innovación. Obviamente, la primera de las opciones "de baja intensidad" resulta tan poco realista como escasamente recomendable."

Los sindicatos locales convienen en que el segundo de los planteamientos representa la única opción sostenible para que los productores de Java central puedan competir en mercados globalizados: "Las empresas que se preocupan verdaderamente por sus empleados y que les ofrecen unas condiciones de trabajo buenas y decentes, pueden lograr una productividad mucho mayor, además de una calidad muy superior en sus productos", afirma Rulita Wijayaningdydah, de la Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera.

Los sindicatos son cada vez más activos en Jepara y hacen presión para mantener y mejorar las condiciones de trabajo. Ahora bien, las dificultades a las que se enfrentan son muchas, ya que la mayoría de los talladores de madera especializados están subcontratados, carecen de seguridad laboral y su protección social es escasa o nula.

La adopción de un planteamiento "integrado" en el conjunto de la OIT constituye un aspecto esencial de esta labor. La Oficina Subregional de la OIT en Manila y la Oficina de Yakarta han unido sus fuerzas con el Departamento de Creación de Empleos y Desarrollo de la Empresa (EMP/ENT), el Programa InFocus sobre Intensificación del Empleo mediante el Desarrollo de Pequeñas Empresas (IFP/SEED) y expertos en silvicultura del Departamento de Actividades Sectoriales (SECTOR). La OIT colabora con diversas partes interesadas locales y nacionales para comprender las dimensiones de tales presiones competitivas y su posible repercusión en el empleo, así como para determinar y aplicar medidas de respuesta a estos cambios. Las actividades del programa se desarrollan conjuntamente con PYMEs locales, asociaciones representativas de empleadores y de trabajadores, administraciones locales y provinciales de Java central y autoridades del gobierno nacional en Yakarta.

Una cuestión fundamental para Java es determinar el modo en que los productores de mobiliario de madera pueden introducirse en mercados de calidad superior, a fin de evitar la competencia directa de las áreas cuya actividad se basa en los bajos costes.

La búsqueda de una respuesta a dicha cuestión ha exigido la ampliación de conocimientos sobre el sector y sus perspectivas de futuro a diversas escalas, incluida la realización de cuatro estudios: una visión general de los flujos comerciales mundiales en el sector desde la década de 1990, un análisis de las concentraciones de empresas en Java central basado en el estudio de la cadena de valor global, una encuesta sobre las percepciones de los compradores mundiales respecto a los principales fabricantes de mobiliario de madera en Asia y una evaluación de la disponibilidad de este material en Indonesia.

Sin esa información, resulta difícil que las empresas determinen el mejor modo de responder a los cambios en los mercados. Las unidades que forman parte de concentraciones de empresas se ven atrapadas por la situación, y creen que producir más con un menor coste basta para mantener o elevar la cuota de mercado. Por el contrario, deben recibir asistencia para detectar oportunidades de actualización y reducir su dependencia respecto a materias primas tradicionales, diseños convencionales y mercados normalizados.

Las conclusiones extraídas de los estudios de la OIT se han examinado en el ámbito local y han dado lugar a la elaboración de un conjunto de materiales de la OIT concebidos para ofrecer asesoramiento e información a las empresas en materia de mejora de la productividad, acceso a la madera y otros aspectos relativos a la globalización.

La OIT recaba actualmente apoyo y recursos para una segunda fase del proyecto, en la que se procurará aplicar una nueva estrategia de actuación frente a las dificultades que encara el sector.

En este sentido, la OIT se propone fomentar la participación de todos los interesados, desde la administración local y nacional, a las empresas, los trabajadores y los sindicatos, pasando por los ecologistas y los consumidores, en el proceso de consecución de un futuro para la industria del mobiliario de madera en Indonesia, en el que sea posible beneficiarse de la globalización, sin dejar de garantizar unas condiciones de trabajo y empleo de buena calidad.

Como señala Andre Sundrio, del Jepara Excellence Group, "debemos conseguir juntos una mejor imagen de Jepara. Es un hecho probado que la mejora de la producción, el servicio y unas prácticas empresariales conformes con las normas nos permitirán atraer a más mercados."