Nuevo informe de la OIT sobre discriminación en el trabajo: un panorama de esperanza y preocupación

Un nuevo informe de la OIT sobre discriminación en el trabajo (el más exhaustivo realizado hasta la fecha), señala que esta práctica sigue representando un problema de ámbito mundial, y que emergen nuevas y más sutiles formas de este tipo de abuso.Aunque los avances significativos logrados en la lucha contra las desigualdades en el lugar de trabajo son causa de esperanza, en el informe se advierte que las nuevas formas de discriminación representan igualmente un motivo de creciente preocupación.

GINEBRA - El más reciente informe global sobre discriminación de la OIT, preparado con arreglo a la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, ha recibido el acertado título de “La hora de igualdad en el trabajo” 1.Dicho informe muestra de manera concluyente que, si no se adoptan las medidas pertinentes, esa hora de la igualdad seguirá constituyendo una meta muy lejana.“Es posible que éste sea uno de los mayores desafíos a los que debe hacer frente la sociedad contemporánea, y es esencial para la paz social y la democracia”, se afirma en el informe.Juan Somavía, Director General, añade que:“Cada día, la discriminación en el trabajo en todo el mundo constituye una triste realidad para cientos de millones de personas”.

El informe de la OIT culpa de la constante discriminación a los prejuicios, los estereotipos y las instituciones sesgadas que han resistido a décadas de esfuerzos legislativos y medidas de formulación de políticas emprendidos por gobiernos, trabajadores y empleadores contra la desigualdad de trato en el trabajo.

En el informe se pone de manifiesto asimismo que muchos de quienes sufren la discriminación, especialmente por razón de su sexo o color, se enfrentan a una persistente “brecha de igualdad” que los separa de los grupos dominantes que disfrutan de una vida mejor, o incluso de sus iguales que se han visto favorecidos por leyes y políticas antidiscriminatorias.

No obstante, el Sr. Somavía afirma que no todo son malas noticias.“Hemos realizado progresos”, asegura.“Actualmente, la condena formal de la discriminación es casi universal, y en numerosos ámbitos se han adoptado medidas para erradicar esta práctica en el trabajo.Con todo, la discriminación sigue constituyendo un “blanco móvil” en permanente evolución, y nos queda un largo trecho por recorrer en el camino de la igualdad”.

¿En qué consiste la discriminación en el trabajo?

La discriminación sigue siendo un problema común en el lugar de trabajo.En el informe se afirma que, si bien algunas de las formas más flagrantes de discriminación en el trabajo pueden haber disminuido, muchas perduran y otras han adquirido formas nuevas o menos visibles.El efecto combinado de la migración mundial, la redefinición de los límites nacionales y los crecientes problemas económicos y desigualdades han exacerbado la xenofobia y la discriminación racial y religiosa. Más recientemente, nuevas formas de discriminación vinculadas a la discapacidad, el VIH/SIDA, la edad o la orientación sexual son causa de preocupación creciente.

  • Los progresos realizados en la lucha contra la discriminación en el trabajo no han sido uniformes, incluso en lo que se refiere a las formas reconocidas desde hace tiempo, como la que se ejerce contra las mujeres.La discriminación en el trabajo no desaparecerá por sí misma; y tampoco el mercado propiciará, sin intervención, su erradicación.
  • Las desigualdades dentro de los grupos discriminados se amplían. Las políticas de discriminación positiva, por ejemplo, contribuyeron a crear en algunos países una nueva clase media de personas anteriormente discriminadas. Unos pocos alcanzan la cima de la escala social, mientras que la mayoría permanece en el grupo de los que perciben una remuneración deficiente y quedan socialmente excluidos.
  • La discriminación suele atrapar a las personas en trabajos escasamente remunerados en el ámbito de la economía no estructurada. Los discriminados suelen quedar atrapados en los peores empleos, en los que se les niegan prestaciones, protección social, formación, capital, tierras o créditos. La probabilidad de que una mujer se vea inmersa en este tipo de actividades invisibles y subestimadas supera a la de los hombres.
  • El fracaso en la erradicación de la discriminación contribuye a perpetuar la pobreza. El informe afirma que la discriminación genera una red de pobreza, trabajo forzoso e infantil y exclusión social, y añade que "la eliminación de la discriminación es indispensable para cualquier estrategia viable tendente a la reducción de la pobreza y al desarrollo económico sostenible".
  • Todos se benefician de la erradicación de la discriminación en el trabajo, tanto personas como empresas y la sociedad en su conjunto. La equidad y la justicia en el lugar de trabajo potencian la autoestima y el buen estado de ánimo de los trabajadores. Una mano de obra más motivada y productiva mejora la productividad y la competitividad de las empresas.

Tipos de discriminación: un "blanco móvil"

La discriminación por motivos de sexo constituye con mucho la forma más extendida, y las mujeres representan claramente el grupo más numeroso objeto de discriminación. Aunque aumenta el número de mujeres que trabajan, además del "techo de cristal", la "brecha salarial" entre mujeres y hombres sigue siendo significativa en la mayoría de los países. Asimismo, es más habitual encontrar a mujeres en los empleos peor retribuidos y menos seguros. Además, se enfrentan a tasas de desempleo superiores.

Los casos de discriminación pueden producirse en cada una de las etapas del empleo, desde la contratación, a la formación y la remuneración, pasando por la segregación profesional y el momento de la terminación de la relación laboral.

Al igual que el resto de las formas de discriminación, la de carácter racial persiste y afecta a migrantes, minorías étnicas, poblaciones indígenas y tribales y otros grupos vulnerables. La intensificación de la migración internacional ha alterado significativamente las pautas de discriminación racial contra los trabajadores migrantes, las segundas y terceras generaciones de migrantes y los ciudadanos extranjeros. La percepción de estos trabajadores como extranjeros, incluso cuando no lo son, puede dar lugar a discriminación contra ellos.

La discriminación contra las personas afectadas por el VIH/SIDA constituye igualmente un motivo de preocupación creciente, sobre todo en el caso de las mujeres. Este tipo de discriminación puede adoptar numerosas formas, incluidas la exigencia de realizar pruebas previas al empleo que pueden dar lugar a una negativa a la contratación, y, en algunos países, la imposición de pruebas obligatorias a los trabajadores migrantes. Otras modalidades de discriminación comprenden el despido sin pruebas médicas, notificación o entrevista, el descenso de categoría profesional, la denegación de prestaciones del seguro de enfermedad, las reducciones salariales o el acoso.

Es probable que el número de personas con discapacidad, que actualmente oscila entre el 7 % y el 10 % de la población mundial, crecerá a consecuencia del envejecimiento demográfico. La mayoría de los discapacitados vive en los países en desarrollo, y las tasas de discapacidad parecen ser más altas en las zonas rurales que en las urbanas. La forma más habitual de discriminación consiste en la negación de oportunidades, tanto en el mercado de trabajo como en el ámbito de la educación y la formación. Las tasas de desempleo para personas con discapacidades alcanzan el 80% o porcentajes superiores en numerosos países en desarrollo. Los miembros de este colectivo suelen verse atrapados en empleos con bajos ingresos, poco cualificados y con una protección social escasa o nula.

Durante la última década, parece haber aumentado la discriminación basada en la religión. El actual clima político internacional ha contribuido a exacerbar sentimientos de temor mutuo y discriminación entre los distintos grupos religiosos, amenazando con desestabilizar las sociedades y generar violencia. La discriminación religiosa puede aludir a la conducta ofensiva de compañeros o directivos hacia miembros de minorías religiosas, la falta de respeto por las costumbres religiosas y la ignorancia de éstas; la obligación de trabajar en días festivos o feriados religiosos, la falta de neutralidad en las prácticas de contratación y de promoción profesional, la denegación de permisos para actividades empresariales; y la falta de respeto por las normas sobre vestimenta.

Crece igualmente la preocupación en cuanto a la discriminación por motivos de edad. Hacia 2050, el 33% de la población de los países desarrollados, y el 19% de la de los países en desarrollo tendrá 60 años o más, y la mayoría de los integrantes de este grupo estará compuesta por mujeres. La discriminación puede ser manifiesta, como la imposición de límites de edad para la contratación, o bien adquirir formas más sutiles, como la que consiste en alegar carencia de potencial profesional o un exceso de experiencia para rechazar candidatos. Entre otras formas de discriminación se cuenta el acceso limitado a la formación y la existencia de condiciones que obligan prácticamente a optar por la jubilación anticipada. La discriminación por motivos de edad no se limita a los trabajadores que se acercan a su jubilación.

Muchas personas son víctimas de una "discriminación múltiple". Por ejemplo, los pueblos indígenas y tribales se encuentran entre los más desfavorecidos entre los pobres, y las mujeres de estos grupos se enfrentan incluso a situaciones de mayor dificultad. La intensidad o la gravedad de las desventajas que pueden afrontar dependen del número de características personales que suscitan discriminación, así como de la manera en que éstas actúan entre sí. Por ejemplo, una persona puede reunir varias características que dan lugar a discriminación. Las víctimas de varias formas de discriminación suelen abundar entre los pobres, y en particular entre aquéllos que sufren una pobreza crónica, así como en el ámbito de la economía no estructurada.

La respuesta de la OIT

El informe considera que, hasta la fecha, la prohibición de la discriminación en el trabajo no ha dado lugar a la erradicación de esta práctica. No obstante, concluye que la legislación que prohíbe la discriminación es un elemento indispensable, pero no suficiente. Se requiere además de instituciones que garanticen la observancia de la ley, medidas positivas, una educación sin prejuicios, formación y servicios de empleo, y datos que permitan efectuar un seguimiento de los avances logrados. Esta combinación de políticas e instrumentos resulta esencial, cualquiera que sea la forma de discriminación.

El informe fue elaborado como medida de seguimiento a la adopción de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo por la Conferencia Internacional del Trabajo en 1998.La Declaración reafirma el principio constitucional de la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación, confirmando de ese modo la determinación universal de eliminar la discriminación en el mundo del trabajo a través de la promoción de la igualdad de trato y oportunidades. En la Declaración se subraya que todos los Estados miembros de la OIT, aun cuando no hayan ratificado los convenios pertinentes, tienen la obligación de respetar los principios fundamentales que subyacen a tales instrumentos.