Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Protección social

Los graves déficits de protección social perjudican la resiliencia de la región de Asia y el Pacífico a la COVID-19

A pesar de su rápido ascenso socioeconómico, la mayoría de los países de la región de Asia y el Pacífico tienen sistemas de protección débiles y plagados de deficiencias, según un nuevo informe.

Comunicado de prensa | 15 de octubre de 2020
 
BANGKOK (OIT Noticias) – La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto, más que nunca antes, la necesidad de sistemas de protección social eficaces en la región de Asia y el Pacífico. Un nuevo informe de las Naciones Unidas, publicado hoy, revela que a pesar de su rápido ascenso socioeconómico, la mayoría de los países de la región de Asia y el Pacífico tienen sistemas de protección débiles, plagados de deficiencias.

Cerca de la mitad de la población de la región no tiene ninguna cobertura de protección social, según la publicación The Protection We Want: Social Outlook for Asia and the Pacific (La protección que queremos: Perspectivas sociales para Asia y el Pacífico) realizada conjuntamente por la Comisión económica y social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (CESPAP) y la Oficina Regional de la OIT para Asia y el Pacífico. Tan sólo pocos países cuentan con sistemas de protección social con una cobertura relativamente amplia.

“La protección social integral constituye la base de sociedades saludables y economías dinámicas. La pandemia de COVID-19 ha revelado con claridad este imperativo, al demostrar el efecto estabilizador que tienen los sistemas de protección social que funcionan bien y cómo su ausencia agrava las desigualdades y la pobreza”, declaró Armida Salsiah Alisjahbana, Secretaria Ejecutiva de CESPAP.

“La prestación de una protección social eficaz para toda la población de nuestra región ya forman parte de nuestro enfoque, cuando promovemos combinar estrategias de ayudas de emergencia a corto plazo con estrategias a largo plazo para construir mejor después de la pandemia”, agregó.

El alcance y la escala de los regímenes existentes siguen siendo limitados. La mayoría de los programas de lucha contra la pobreza no está alcanzando a las familias más pobres, y la pandemia amenaza con revertir de casi una década los progresos alcanzados en la erradicación de la pobreza. Numerosos países enfrentan además altos niveles de desigualdad, tanto en término de resultados como de oportunidades, que la pandemia ha exacerbado. El envejecimiento de la población, la migración, la urbanización, las catástrofes naturales y el cambio climático, así como el avance tecnológico están agravando estos desafíos.

El informe identifica la inversión insuficiente como uno de los principales factores del enorme déficit de cobertura. Si se excluye la salud, muchos países en la región destinan menos de 2 por ciento del PIB en la protección social. Este bajo nivel de inversión en las personas contrasta fuertemente con el promedio mundial de 11 por ciento. Otro factor fundamental es la elevada prevalencia de empleo informal en la región, que representa cerca de 70 por ciento de toda la fuerza de trabajo.

“La crisis causada por la COVID-19 ha revelado la situación precaria de muchos trabajadores – hombres y mujeres – en particular aquellos en la economía informal. Existe una evidente necesidad de aumentar el gasto público en los sistemas de protección social si queremos evitar el estancamiento de los progresos sociales y económicos alcanzados en la región en las últimas décadas”, señaló Chihoko Asada-Miyakawa, Directora de la Oficina Regional de la OIT para Asia y el Pacífico.

La expansión de la protección social tendría un impacto inmediato sobre la reducción de la pobreza, la desigualdad y las disparidades del poder adquisitivo. Por ejemplo, el porcentaje de hogares que viven en la pobreza disminuiría de hasta 18 puntos porcentuales si los gobiernos ofrecieran subsidios familiares básicos, prestaciones por discapacidad y pensiones de ancianidad.

Si bien el aumento necesario de inversión – de dos a seis por ciento del PIB – es considerable, el informe muestra que está al alcance de la mayoría de los países. El informe recomienda además redefinir las prioridades de los recursos existentes, incrementar los ingresos públicos, aprovechar las nuevas tecnologías e incluir la protección social en las estrategias de desarrollo nacional, respaldadas por el diálogo social.

El informe fue presentado al margen de la quinta Serie de conversaciones regionales sobre el tema “reconstruir mejor”. En el diálogo de alto nivel sobre “Protección social: ¿Un derecho de todos o un privilegio para pocos?” participaron eminentes personalidades incluyendo a Guy Ryder, Director General de la OIT; Mereseini Vuniwaqa, Ministra de la Mujer y de la infancia y de mitigación de la Pobreza, Fiji; Haiyani Rumondang, Directora General del Departamento de Relaciones profesionales y Seguridad Social de los trabajadores, Ministerio de Recursos Humanos, Indonesia; Sania Nishtar, Asistente especial para la seguridad social y reducción de la pobreza del Primer Ministro, Pakistán; Kung Phoak, Secretario General Adjunto a cargo de la Comunidad sociocultural de la ASEAN; Sarah Cook, Directora, Instituto para el Desarrollo Global, Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia; y Michael Cichon, Profesor Emérito, Escuela Superior de Gobernanza, UNU, Maastricht.

Mire la Conversación Regional: http://bit.ly/WatchRC5

Para información a la prensa y solicitar entrevistas, por favor póngase en contacto con:

Kavita Sukanandan
Funcionaria de información pública
Departamento de comunicación estratégica y promoción, CESCAP
T: (66) 2 288 1869 / correo electrónico: sukanandan@un.org

Steve Needham
Funcionario principal de comunicación
Oficinal Regional de la OIT para Asia y el Pacífico (Bangkok)
T: (66) 83 606 6628 / correo electrónico: needham@ilo.org