GINEBRA (OIT Noticias) – Hace algún tiempo, los vínculos entre sindicatos y cooperativas eran evidentes para todos. Como señala Pierre Laliberté, un economista de la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV): “La relación entre los sindicatos y las cooperativas es tan antigua como la historia de los sindicatos. De hecho, es justo afirmar que las primeras asociaciones de trabajadores que surgieron en Europa se parecían más a cooperativas que a sindicatos de trabajadores”.

Pero las cosas han cambiado con el transcurso del tiempo. “A pesar de su origen e historia comunes y aunque perseguían el mismo objetivo de establecer la seguridad económica y la democracia en el trabajo, podemos afirmar que en los últimos tiempos la colaboración entre los sindicatos y las cooperativas ha sido limitada”, dice Laliberté.

Pero quizás haya llegado el momento para que las dos partes se redescubran. Laliberté sostiene que los trabajadores y sus organizaciones deben tomar conciencia de que una actividad económica basada sobre principios éticos y democráticos es posible, y esto es justamente lo que las cooperativas pueden hacer.

Algunos ejemplos

En los últimos tiempos ha habido algunas iniciativas interesantes en diferentes regiones del mundo. En Brasil, por ejemplo, el Sindicato de los metalúrgicos del ABC (SMABC) logró salvar de la bancarrota la fuerza industrial más importante de América Latina, Conforga, hace más de diez años, permitiendo que la empresa pasase a ser propiedad de los trabajadores. A partir de esta experiencia, se estableció la nueva federación de cooperativas, la Central de cooperativas y empresas solidarias. En Paraguay, una importante empresa de cerámicas que fabricaba tejas fue rescatada por sus obreros y fue relanzada como la Cooperativa Cerro Guy. Existen ejemplos en otros países como Uruguay y Argentina.

En Europa, los sindicatos también han participado activamente en este tipo de proyectos, Los sindicatos franceses han desempeñado un papel fundamental en diversos casos de fracaso empresarial en los cuales la actividad ha sido restablecida en el marco jurídico de SCOP (Sociedades cooperativas y participativas). Para el taller de imprenta Hélio-Corbeil, por ejemplo, la creación de una SCOP permitió salvar alrededor de 80 puestos de trabajo.

La empresa textil Fontanille, con base en la región francesa de Auvergne, vivió una historia similar. Después de 150 años de gestión familiar, fue salvada de la bancarrota gracias a su transformación en una cooperativa hace dos años. Los trabajadores recapitalizaron la empresa invirtiendo sus indemnizaciones por despido.

Del fracaso al futuro

Estos casos de cooperativas “fénix” demuestran que, con una dirección adecuada y un plan de negocios sólido, las empresas que parecen condenadas al fracaso pueden encontrar un futuro. No obstante, estas misiones de rescate significan una tarea enorme, recuperar empresas que ya han fracasado. Un enfoque más activo, en vez que simplemente reactivo, del modelo cooperativo de empresa de los sindicatos puede ser lo que necesitamos.

Esto es ciertamente lo que el Sindicato de los trabajadores de la industria metalúrgica (USW) de Estados Unidos y Canadá ha estado analizando con la idea de un modelo híbrido de “cooperativa sindical”, desarrollada en colaboración con la Federación Cooperativa Mondragon, con base en el país vasco de España.

“El modelo de cooperativa sindical es una adaptación, en los Estados Unidos, del modelo Mondragon, que sustituye el consejo social por un comité de negociación sindical, asociando la propiedad de una cooperativa a las obligación de rendir cuentas de la negociación colectiva”, explicó Rob Witherell de la USW.

La USW ha estado trabajando mucho durante los últimos meses para ayudar a lanzar una nueva cooperativa de lavandería verde en la ciudad industrial de Pittsburgh. También ha llevado a cabo una labor en Cincinnati, donde se ha desarrollado una iniciativa a favor de la cooperativa sindical (CUCI) gracias a una asociación entre los sindicatos y las organizaciones comunitarias.

“Los trabajadores que participan en la negociación colectiva con sus empleadores pueden parecer radicalmente diferentes y hasta en contradicción de los trabajadores propietarios de una cooperativa, pero su enfoque de fondo es el mismo: trabajadores que se apoyan mutuamente para mejorar sus modos de vida”, explicó Rob Witherell.

Laliberté, de ACTRAV, invitó a los dos movimientos a constatar la complementariedad de sus funciones. “Afortunadamente, las buenas prácticas abundan en este sector y deberían permitir que los sindicatos activos tuviesen intercambios fructíferos con las cooperativas”, indicó. En este ámbito, una de las funciones de ACTRAV será la de difundir estas experiencias y crear plataformas para intercambiarlas.