Los huérfanos por SIDA en Kenia
El flagelo del SIDA en Africa representa a la vez un drama humano y social. El aumento dramático del número de huérfanos, ha empujado a miles de niños a abandonar la escuela y encontrar medios que permitan a sus familias, ya sumidas en la pobreza, a sobrevivir. Miguel Schapira de la televisión de la OIT preparó este informe en el que se evidencia el alarmante lazo que vincula al SIDA con el trabajo infantil en Kenya.
Rosematy Wangui debe criar, ella sola, a 13 niños. 4 son sus propios hijos, los otros nueve son los hijos de sus dos hermanas que murieron, al igual que sus esposos, de SIDA. El gesto solidario de Rosemary es digno de admiración, pero la vida es demasiado dura para esta mujer africana.
Rosemary Wangui
Bueno, es así, de que vale quejarse. Cuando consigo trabajo, puedo comprar harina para los niños. Si se puee, asisten a la escuela, sino hay que salir a trabajar.
Las tasas de desempleo en Kenya, de hasta un 50 por ciento, contribuyen a dibujar un cuadro aun mas desalentador. Ningun miembro de esta familia tiene un empleo estable. Ni John, el hijo mayor de Rosemary, que trabaja a veces en la cantera por un dólar diario; ni su primo George que trabaja cuando puede en la cosecha de café y tuvo que abandonar la escuela en segundo grado.
La esperanza de la familia yace en la educación de Lucy. Cuando su madre cayó víctima del SIDA, Lucy tuvo que dejar el colegio para comenzar a trabajar. Sin embargo, gracias al apoyo de una organización no gubernamental, Lucy pudo regresar al colegio al tiempo que continúa trabajando a medio tiempo para poder contribuir a la economía familiar. Pero los presupuestos educativos asi como la ayuda internacional se hacen cada vez mas escasos en Africa, y la educación de Lucy, asi como la de otros niños africanos, se ve hoy amenazada.
Lucy Njoki
No me gusta trabajar en las plantaciones. Al fin y al cabo soy todavía una nia y me canso muy pronto. Pero si nadie ayuda a mi familia, estoy obligada a seguir trabajando.
Según estadísticas dadas a conocer por la Organización Internacional del Trabajo, la OIT, 41 por ciento de los nios de Kenya entre 10 y 14 años de edad, son trabajadores infantiles. Eso supone que mas de un tercio de los nios kenianos no van a la escuela. Aunque el gobierno de Kenya parece estar determinado a devolver los niños a las aulas, la epidemia del SIDA representa un enorme obstáculo a ese esfuerzo.
Muthoni Mwithiga Ministerio de Educación
Resulta irónico que en momentos en que Kenya acaba de aprobar una ley que convierte a la educación primaria en gratuita y obligatoria, el SIDA recrudece mas que nunca.
Mientras su gobierno y la comunidad internacional buscan la manera de financiar a la vez la educación primaria gratuita y de vencer al SIDA, Lucy conserva su derecho a soñar que algún día podrá convertirse en médico o en ingeniero y que hoy dejará la plantación para ir a la escuela.