Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Día mundial contra el trabajo infantil, 12 de junio 2008 – Niños de la calle en Rusia: De regreso a la escuela, de vuelta a la vida

La OIT calcula que cerca de 165 millones de niños entre 5 y 14 años están involucrados en trabajo infantil. Muchos trabajan largas horas, con frecuencia en condiciones riesgosas. La educación es un medio a través del cual los niños y jóvenes excluidos económica y socialmente puedan salir de la pobreza. OIT EnLínea informa desde la Federación Rusa.

Artículo | 12 de junio de 2008

VYBORG, Federación Rusa (OIT EnLínea) – ¿Qué siente un niño trabajador de la calle en la Rusia actual?

Vanya Ivanov, 14 años, de la ciudad de Vyborg en la región de Leningrado, conoce la respuesta porque lo vivió en primera persona. Era uno de esos niños que cargan y transportan productos en los mercados, recogen botellas u otros desperdicios, lavan los automóviles, etc. Algunos de ellos están involucrados en actividades ilícitas.

Muchos de estos niños, como Vanya, tienen un pasado trágico a sus espaldas.

El padre de Vanya abandonó a la familia. En la actualidad vive en San Petersburgo y se rehúsa a ayudar a la madre de su hijo, una ama de casa que asesinó al hermano mayor de Vanya en una pelea doméstica y está en la cárcel. Así que Vanya fue abandonado a su propia suerte.

Según el estudio reciente de la OIT realizado en la ciudad de San Petersburgo y en toda la región, los problemas económicos y sociales, así como los problemas familiares, son los principales factores del trabajo infantil. El ambiente familiar y el modo de vida de los padres llevan a los niños a abandonar el hogar y a buscar una salida en la calle. En el distrito de Vyborg, tres de cada cinco niños provienen de familias incompletas, conocidas como “familias problemáticas”. Los niños se escapan a las calles no sólo para alejarse del ambiente familiar negativo, buscan además refugio y comida.

Para ganarse la vida, Vanya trabajó en el mercado local, cargando y transportando productos, recogiendo botellas y latas. Lo que sucedió después es común en los niños que trabajan en la calle: comenzó a faltar a la escuela, pasó dos años en sexto grado y luego la abandonó por completo.

El Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil de la OIT (IPEC) calcula que sólo 66,8 por ciento de los niños trabajadores de la calle en la región de Leningrado estudian de manera regular, mientras que los otros se retiran por un tiempo, o para siempre. El distrito de Vyborg no es una excepción: de los 609 niños provenientes de familias problemáticas, 107 no reciben educación completa.

El estudio muestra además que entre los niños involucrados en actividades ilícitas y prostitución, el porcentaje de los que asisten a la escuela de manera regular disminuye de manera consistente, hasta 30,7 por ciento.

El destino de muchos niños como Vanya es impredecible, pero para él todo cambió cuando su tía, que comenzó los trámites legales de adopción, solicitó ayuda a los especialistas del proyecto de rehabilitación OIT/IPC y recibió asistencia.

El proyecto en Vyborg, financiado por el gobierno de Finlandia, comenzó hace dos años. Tiene dos componentes: un modelo de rehabilitación para niños y sus familias, y otro, de vigilancia del trabajo infantil en las escuelas secundarias.

Vanya comenzó a recibir asistencia psicológica junto a su tía y tutora. Los especialistas notaron enseguida su exagerado recelo y desconfianza hacia las personas de su entorno, una actitud común entre los niños de la calle. Pero algunos meses más tarde ya se podían percibir cambios positivos: Vanya era más comunicativo, regresó a la escuela y allí hizo nuevos amigos. Los maestros propusieron clases complementarias para ayudar a Vanya a ponerse al día con su currículo. Como resultado, completó el año académico sin notas bajas y pasó al siguiente.

Los especialistas en rehabilitación están orgullosos de él porque ya no trabaja, dejó de fumar, y está feliz en su nueva familia, en otras palabras, comenzó una nueva vida.

“Dentro de nuestro proyecto, 74 niñas y 47 niños como Vanya han recibido asistencia médica y psicológica. Todos dejaron de trabajar y regresaron a la escuela”, dijo el coordinador del proyecto IPEC, Alexey Boukharov. “Significa que tuvieron la oportunidad de recibir educación adecuada, una vida segura y trabajo decente en el futuro”.

Ahora que el proyecto demostró que la educación y la formación pueden ofrecer una oportunidad a los niños de la calle de convertirse en adultos realizados y productivos y por lo tanto capaces de romper el círculo de pobreza, surge el problema de dar una continuidad a las actividades del proyecto.

“El proyecto está por completarse, pero sentimos que no ha terminado, porque el objetivo principal ha sido alcanzado: los modelos de prevención y rehabilitación desarrollados y experimentados en el distrito de Vyborg pueden ser replicados por otros servicios sociales”, dijo el experto sobre trabajo infantil de la OIT, Klaus Guenther.