Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

La lucha contra corriente de la gente de mar de sexo femenino

Artículo | 16 de octubre de 2003

GINEBRA (Noticias en línea de la OIT) - Según un nuevo estudio publicado recientemente por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), la gente de mar de sexo femenino - una minoría determinada en la flota del transporte por agua mundial - se enfrenta a menudo a unas condiciones de trabajo extremadamente duras, que incluyen la discriminación y el acoso sexual, mientras el sector marítimo se adapta a la realidad de que las mujeres trabajen codo con codo con los hombres.

El estudio señala que curiosamente el potencial de las mujeres que trabajan en el mar, en general, no ha llamado mucho la atención de comentaristas y responsables de la elaboración de normas. En el informe se indica que las mujeres representan entre el 1 y el 2 por ciento del 1,25 millones de marinos enrolados en unos 87.000 buques en todo el mundo.

El estudio, basado en extensas entrevistas con armadores, sindicatos, reguladores marítimos y mujeres marinos, describe la lucha de las mujeres por obtener empleo y posibilidades de ascenso, y destaca el potencial de recursos que representan las mujeres para la industria. Escrito por expertos marítimos del Centro Internacional de Investigaciones sobre Marinos (SIRC) a instancias de la OIT, el estudio examina las variaciones regionales en el empleo de la gente de mar de sexo femenino y en el tipo de trabajo que realizan.

"Nuestra organización se toma muy en serio las cuestiones de género y las tiene en cuenta en todas sus áreas de trabajo", dice Brandt Wagner, especialista en cuestiones marítimas de la OIT. "Por esta razón, cuando encargamos al SIRC que realizase un estudio sobre las condiciones de trabajo de la gente de mar que sirviera de documento principal para la discusión de una reunión de la Comisión Paritaria Marítima de la OIT en 2001, le pedimos que en el estudio se incluyese la perspectiva del género. La Comisión Paritaria Marítima examinó el informe y fue más allá, ya que adoptó una resolución en la que se pedía un estudio específico sobre la gente de mar de sexo femenino. Creo que esto demuestra que los esfuerzos por incorporar la cuestión de género en las labores de nuestra organización pueden generar resultados sólidos y útiles".

Aunque en algunos países escandinavos las mujeres representen más del 10 por ciento de la fuerza laboral del sector marítimo, en otros países europeos, las cifras son insignificantes: en Italia, las mujeres representan únicamente el 1,2 por ciento de la fuerza laboral marítima, en Alemania un 4,2 por ciento, mientras que en el Reino Unido la cifra asciende a 8,3 por ciento.

Fuera de Europa las cifras también varían: las mujeres representan un 1,1 por ciento de la gente de mar del Brasil y un 5 por ciento de la de Indonesia. Según la publicación Fairplay, en 1998 la India contaba con sólo tres mujeres entre los 43.000 marinos registrados; para finales de 2002, eran 12. En Filipinas, país que suministra el mayor número de marinos a la flota mercante mundial, en el registro internacional de marinos entre 1983 y 1990 sólo figuraban 225 mujeres de los 280.000 marinos registrados.

La gran mayoría de la gente de mar de sexo femenino se concentra en el personal de hostelería de los barcos dedicados a cruceros, principalmente entre el personal subalterno. Únicamente el siete por ciento de la gente de mar de sexo femenino corresponde a la categoría de oficiales y el resto (93 por ciento) es personal subalterno. En comparación, en el caso de la gente de mar de sexo masculino, el 42 por ciento corresponde a la categoría de oficiales y el 58 por ciento es personal subalterno.

Existen otras anomalías en el empleo de la de gente de mar. En la actualidad, son los países de la OCDE los que contratan a la mayor proporción de mujeres para trabajar en buques dedicados a cruceros (51,2 por ciento), seguidos por Europa Oriental (23,6 por ciento), el Lejano Oriente (13,7 por ciento), América Latina y África (9,8 por ciento) y Asia Meridional y Oriente Medio (1,7 por ciento). Por otro lado, a la mayoría de la gente de mar de sexo masculino se la contrata desde el Lejano Oriente (29,1 por ciento); siguen en orden descendente los países de la OCDE (23,3 por ciento), América Latina y África (17,8 por ciento), Europa Oriental (12,3 por ciento), y Asia Meridional y Oriente Medio (7,5 por ciento).

En el estudio se indica que las cifras reflejan el predominio de actitudes afianzadas en relación con las capacidades y características de las mujeres, que prevalecen en la industria a todos los niveles y en todos los sectores. Si bien algunos armadores y directivos con experiencia en el empleo de mujeres se muestran muy positivos en relación con su desempeño, al igual que los instructores de los centros de formación, son demasiado frecuentes los casos en que las mujeres tienen que enfrentarse al sexismo, la intolerancia y el acoso.

Entre las personas que respondieron al estudio del autor se encuentra un armador europeo con una flota de más de 30 buques, en su mayoría buques portacontenedores, que se deshizo en elogios para con la gente de mar de sexo femenino con la que trabaja: "Las mujeres están más alerta. No quiero decir que son más inteligentes, pues no les hago pasar un test de inteligencia, pero las veo más comprometidas. Entre los capitanes de sexo masculino, los hay buenos - algunos medianamente buenos y otros que están un poco por debajo de la media -, pero cuando los contratas dirigen el buque de manera satisfactoria. Pero cuando tienes un buque especial te da un poco de temor asignarles esa responsabilidad, aunque las mujeres estén por encima de la media."

Lamentablemente, lo más probable es que la gente de mar de sexo femenino tenga que enfrentarse a colegas que se sienten incómodos con su presencia a bordo del buque: "Generalmente hay dos tipos de hombres. Uno de ellos espera más de ti, pues dice: 'Las mujeres no pueden trabajar a bordo.' Y si cometes un fallo, dice: 'Ya sabía yo, lo ves?, no es capaz de hacerlo.' Y luego está el segundo tipo. Si haces algo de lo más normal, como clavar un clavo *dice: ' Dios mío, es fantástico! Ya sabía yo que podías hacerlo!."

Las mujeres no sólo tienen que enfrentarse al constante escrutinio de su trabajo, sino también a niveles injustificados de acoso sexual e insinuaciones. Esto puede aplicarse a las mujeres tanto en el sector marítimo como en el de la hostelería, y el informe incluye algunos impresionantes relatos de primera mano. Las mujeres tienen que hacerse las duras para lidiar con atenciones no deseadas, "Tuve un problema con el oficial jefe ... no entendía que quisiese estar sola por la noche, y un día tuve que golpearle para sacarlo de mi camarote."

Muchos empleadores y sindicatos parecen no haber establecido disposiciones específicas en relación con el empleo y las condiciones de trabajo de las mujeres. Por ejemplo, "las reacciones de las empresas cuando una empleada queda embarazada varían entre el despido inmediato y el ofrecimiento de un empleo alternativo en tierra". En el estudio se destaca la necesidad de contar con políticas que aborden cuestiones relacionadas con el acoso sexual, la menstruación, el embarazo, la anticoncepción, la maternidad y la salud médica general y sexual.

En el informe también se analizan los problemas con se enfrentan las mujeres para acceder a la formación, lograr completarla y demostrar su capacidad una vez que se las emplea. Los comentarios recogidos varían entre: "Muchas veces me preguntan: ¿por qué quiere una mujer ser ingeniero? Es un trabajo mugriento. ¿Por qué querría una mujer hacer eso? Se le ensuciarían las uñas. No podían entender cómo una mujer podía querer hacer ese trabajo." Las cadetes interrogadas en uno de los grupos de discusión fueron muy indulgentes con las actitudes de algunos de sus profesores varones. "Una acepta que la mayoría de los profesores dejaron el mar antes de que las mujeres realmente comenzaran a navegar. No saben cómo es la situación para nosotras."

Desde un punto de vista más positivo, el estudio revela progresos significativos en las políticas de formación en los últimos años. Las mujeres también están recibiendo formación para ocupar cargos de mayor jerarquía en la industria marítima tanto a bordo como en tierra. Por ejemplo, en 2001, el número total de estudiantes de sexo femenino en la World Maritime University (WMU) había aumentado al 21 por ciento del total de la población universitaria, en comparación con el 8 por ciento en 1995.

"La OIT espera que este trabajo mejore la comprensión de los problemas con que se enfrentan las mujeres empleadas a bordo de buques y que, de este modo, contribuya a mejorar sus condiciones de trabajo y a lograr una mayor participación de las mujeres en el sector marítimo", dijo el Sr. Wagner. "Una mayor participación beneficiará enormemente a las mujeres y al sector marítimo en su conjunto."


*