Avances y desafíos de las políticas de cuidado en Argentina

Una nueva publicación de la OIT analiza el presente y el futuro de las políticas públicas del país en torno al cuidado, valorando su impacto en el bienestar y el desarrollo. El documento, elaborado junto con UNICEF, PNUD y CIPPEC, aporta una mirada integral para el diseño de mecanismos apropiados en torno al cuidado de la primera infancia y los adultos mayores, con atención a la equidad social y el impacto en el mercado laboral.

Noticia | 27 de julio de 2018



Con más de 5,7 millones de adultos mayores, Argentina se encuentra en un proceso avanzado de envejecimiento y, para 2050, una de cada cinco personas tendrá más de 65 años. En paralelo, las familias tienen cada vez menos tiempo y recursos para brindar apoyo y cuidados a esta población. En este contexto, es necesario readecuar los esfuerzos del Estado, el mercado y las comunidades para ofrecer políticas de cuidado más equitativas.

Una nueva publicación de la OIT, Las políticas de cuidado en Argentina. Avances y desafíos, elaborada junto a especialistas de UNICEF, PNUD y CIPPEC, aborda estos temas con una mirada integral que se propone orientar el desarrollo de políticas específicas para organizar los servicios sociales para personas cuidado-dependientes, debido a su edad, incapacidad o estado de salud, desde la corresponsabilidad pública y privada.

“Los sistemas de protección social de América Latina poseen una fuerte tradición familiarista y Argentina no es la excepción”, dijo Elva López Mourelo, oficial a cargo de la Oficina de País de la OIT en Argentina. A pesar de los importantes avances registrados en los últimos años, el país aún evidencia una insuficiente presencia estatal. De acuerdo con la especialista, la concentración del cuidado en el marco familiar, mayoritariamente a cargo de las mujeres, resulta injusta tanto desde una perspectiva de equidad social como de género: representa una enorme carga para las mujeres, que ven condicionadas sus posibilidades de participación en la educación y el trabajo remunerado, entre otros ámbitos.

En Argentina, el 86 por ciento de los trabajadores del cuidado son mujeres y una tercera parte de las mujeres trabajadoras lo hace en este tipo de ocupaciones; aproximadamente la mitad de ellas son maestras, profesoras, médicas y enfermeras, mientras la otra mitad son trabajadoras de casas particulares. Así, casi 6 de cada 10 mujeres entre 18 y 39 años de edad sin empleo remunerado realizan trabajo de asistencia a los miembros de sus hogares, tareas que les insumen unas 7,4 horas diarias en promedio.

En esa línea, López Mourelo señaló: “Las políticas integrales de cuidado constituyen un eje crítico para el desarrollo social y económico del país y son un tema prioritario para la OIT”. De hecho, en la 101ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (2012) se aprobó la Recomendación Nº 202 sobre los Pisos de Protección Social, donde se señala que estos deberían comprender determinadas garantías básicas de seguridad social, incluyendo el fomento de los servicios sociales de cuidado. “Además, el tema está presente en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incluido en la meta 5.4 referida a reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante la prestación de servicios públicos, la provisión de infraestructuras y la formulación de políticas de protección social”, agregó la especialista.

Esta publicación compila las notas técnicas elaboradas en el ciclo “Diálogos de políticas de cuidado” (cinco encuentros desarrollados durante 2015). Si bien la situación que describen los datos puede haberse modificado marginalmente, las tendencias identificadas no han variado.

En la primera parte, se tratan las cuestiones principales vinculadas con el cuidado de la primera infancia y los adultos mayores. Se realiza un diagnóstico de la situación sociodemográfica de estas poblaciones, se analizan las principales políticas que inciden en su “cuidado” y se identifican logros y desafíos pendientes. La segunda parte del documento aborda dos ejes transversales presentes en el cuidado. Por un lado, los impactos que su producción y distribución tienen para el mercado de trabajo y, en segundo lugar, la estructura de financiamiento.